Las afecciones en la sangre son muchas y muy complejas. En Portal Hemofilia estamos comprometidos con la información divulgativa y de interés que afecta en gran medida a aquello que guarda relación con los trastornos hemorrágicos y es por ello que hoy queremos hablaros de la condición conocida como trombofilia. Hemofilia y trombofilia, ¿cuáles son sus diferencias?
Un pequeño repaso a la hemofilia
Como ya tratamos en este portal, la hemofilia es un trastorno hemorrágico que se transmite de forma genética, entre padres e hijos. Esta enfermedad impide la correcta coagulación de la sangre, lo cual provoca que los pacientes sufran hemorragias de forma repentina o después de haber sufrido un accidente o una lesión. La transmisión de esta enfermedad se produce normalmente a través de la herencia genética, concretamente a través del cromosoma X en el que las madres son portadoras y los hombres padecen la enfermedad.
Dependiendo del gen afectado existirán distintos tipos de hemofilia. La más conocida es la hemofilia tipo A que afecta al 80% de todos los casos, y le sigue la hemofilia tipo B, que supone el 20-40%. Por último, existe también la hemofilia tipo C que únicamente afecta al 1%.
Por otro lado, podemos hablar también de la hemofilia adquirida. Esta es poco frecuente y se manifiesta debido a los anticuerpos que se producen frente a los factores de coagulación. Suele aparecer con el crecimiento, o bien debido a otras causas como algunas enfermedades autoinmunes, algunos tipos de cáncer, o el embarazo.
¿Qué es la trombofilia?
Ante todo, lo primero que habría que señalar es que la trombofilia es una condición o predisposición y no una enfermedad. La trombofilia es lo que se conoce como tendencia a padecer trombos o coágulos sanguíneos debido a la solidificación de la sangre.
Algunas de las causas o factores de riesgo de la trombofilia suelen ser:
- Tener antecedentes familiares con problemas de coagulación
- Haberse sometido a una cirugía.
- Conductas poco saludables como el sedentarismo, la obesidad o el consumo de tabaco.
- La toma de anticonceptivos o de medicación hormonal.
- El propio embarazo.
- Ciertas enfermedades autoinmunes y determinadas infecciones.
La trombofilia puede ser, también, de dos tipos:
- Genética (hay implicadas diversas alteraciones genéticas).
- Adquirida (una persona puede desarrollarla en algún momento de su vida por determinados factores ambientales).
¿Por qué se produce la trombosis?
La trombosis tiene lugar debido a la formación de un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo, que puede ser una vena profunda, y da lugar a una trombosis venosa profunda. Si el coágulo llega hasta los pulmones se denomina embolismo pulmonar y la gravedad será mayor.
Los síntomas más comunes de la trombosis venosa suelen presentarse en la parte afectada del cuerpo y suelen ser: hinchazón, dolor, sensibilidad o enrojecimiento. En la embolia pulmonar, por su parte, suelen darse dificultades para respirar, latido cardiaco irregular o más acelerado de lo habitual, dolor o molestias en el pecho, tos con sangre, presión arterial muy baja, aturdimiento o desmayo. Sin embargo, pese a la gravedad, estos síntomas no suelen ser muy frecuentes o comunes.